Reflexiones en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y su relación con el Alto Rendimiento
- Jimmy Rofe

- 8 sept
- 3 Min. de lectura
Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha que busca generar conciencia sobre un problema de salud pública que afecta a millones de personas en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 700,000 personas mueren por suicidio, y muchas más intentan quitarse la vida. Ante esta realidad, la prevención no solo es una necesidad urgente desde el punto de vista social y sanitario sino también un componente fundamental para el desarrollo humano y el alto rendimiento.

El Suicidio en la Actualidad: Un Desafío Global
El suicidio no distingue edades, géneros ni condiciones socioeconómicas. Es el resultado de una compleja interacción entre factores psicológicos, sociales, biológicos y culturales. El aislamiento, la depresión, el estrés crónico, la falta de sentido de vida y el consumo de sustancias son algunos de los factores de riesgo más comunes.
En un contexto donde el rendimiento y la productividad suelen ser altamente valorados, muchas personas experimentan una presión constante por alcanzar estándares elevados. Esta carga, cuando no se acompaña de un adecuado manejo emocional y de redes de apoyo, puede derivar en agotamiento, desesperanza y pensamientos suicidas. Por ello, hablar de prevención del suicidio en el marco del alto rendimiento resulta especialmente relevante.
Conciencia y Alto Rendimiento: Una Relación Indispensable
El alto rendimiento no puede sostenerse en medio de la negación de la salud mental. Mantener niveles elevados de claridad, energía, coraje, productividad e influencia requiere de un equilibrio emocional sólido y de estrategias preventivas ante el riesgo de colapso.
1. Claridad en el propósito vital: Las personas que encuentran sentido a sus acciones y metas reducen significativamente el riesgo de caer en la desesperanza.
2. Energía emocional sostenible: La prevención del suicidio implica promover hábitos de autocuidado que fortalezcan la salud mental y física.
3. Coraje para pedir ayuda: Reconocer la vulnerabilidad y buscar apoyo profesional es un acto de valentía que refuerza la resiliencia.
4. Productividad equilibrada: El manejo saludable de la carga laboral y el descanso adecuado son pilares para evitar el agotamiento extremo.
5. Influencia positiva: Quienes hablan abiertamente de salud mental y prevención del suicidio contribuyen a eliminar estigmas y generan un entorno más humano y solidario.
Estrategias para la Prevención del Suicidio en la Vida Cotidiana y Profesional
· Promoción del diálogo abierto: Hablar de manera honesta sobre emociones y pensamientos disminuye el aislamiento.
· Acceso a apoyo profesional: Contar con psicólogos, psiquiatras y coaches especializados facilita la intervención temprana.
· Educación en salud mental: Integrar programas de sensibilización en instituciones educativas y laborales.
· Construcción de redes de apoyo: Familia, amigos y compañeros de trabajo son fundamentales para brindar contención emocional.
· Autocuidado integral: El ejercicio, la meditación, el descanso y la nutrición equilibrada fortalecen la resiliencia psicológica.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, es vital reconocer que el alto rendimiento solo puede lograrse y sostenerse desde una base sólida de salud mental y bienestar integral. La prevención del suicidio no es únicamente un tema clínico sino una responsabilidad colectiva que involucra familias, comunidades, instituciones y entornos laborales. Apostar por la conciencia, la empatía y el acompañamiento es apostar por vidas plenas y por un desempeño humano que trasciende los números para reflejar verdadera grandeza.
La prevención es un compromiso con la vida y con la posibilidad de alcanzar el máximo potencial de cada persona.
“Ama, Vive, Sueña y regálate cada instante presente”.
Jimmy Rofe
High Performance Consulting
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